La Soberbia

La fuente de las batallas
No existe contienda sin soberbia. Ella es la fuente de las guerras y de todo tipo de confrontación. Por eso, en el libro de proverbios, los padres proverbiales advierten a sus hijos contra ella diciendo:
“Ciertamente, la soberbia concebirá contienda; más con los avisados está la sabiduría” (Proverbios 13:10).
El hombre soberbio y orgulloso siempre buscará la contienda y generará divisiones donde quiera que esté, porque no está dispuesto a ceder, su orgullo, soberbia y arrogancia no lo dejan.
Todo lo contrario, es el sabio, o el avisado. La mansedumbre es su característica principal, como dice Santiago 3:13. Antes de contender el hombre o la mujer sabia, busca primero el consejo de Dios, y de aquellos que sean superiores a él, antes de elevar los ánimos o de unirse a quienes los elevan. De ser necesario está dispuesto a agachar su cabeza y ceder. Todo para evitar la contienda.
Tal debe ser la actitud del creyente. “A paz lo ha llamado el Señor” (1 Corintios 7:15) y no a batallar, por eso su lugar debe ser con los avisados y mansos, más no con los soberbios y orgullosos, que con tal de no perder están dispuestos a llegar hasta las últimas y nefastas consecuencias.
Espero mi estimado lector que tu lugar sea con los sabios, y no con los soberbios.
Edward Andrés Díaz Reina
Comunicador Social y periodista
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