Matrimonio; camino de santidad.

“Y te prometo, sobre todas las cosas, que cuando seamos viejitos y miremos hacia atrás, nos sentiremos orgullosos de la vida y la familia que construimos juntos”.
Por. José Álvaro Cardozo Salas.
Nota: El pasado sábado 22 de marzo, se caso nuestro hijo menor Juan diego con su novia Natalia, después de pedir el permiso reglamentario, la novia me permite publicar sus promesas matrimoniales, lo quiero hacer para animar a muchos jóvenes que aun piensan que el matrimonio no vale la pena, y tener hijos; menos, así que ánimo” Dios nunca defrauda”.
Mi amor, mi negrito y ahora mi esposo:
El día que nos conocimos iba en mi Uber camino a verte sintiendo dentro de mí que esa primera cita cambiaría mi vida para siempre. No me preguntes por qué, solo lo sabía. Cerré los ojos y le pedí a Dios con todas mis fuerzas que me mostrara si en verdad eras todo eso que sentía mi corazón cuando hablábamos por chat. Cuando me bajé y entré al café, no te vi. Mis ojos te buscaron por todo el lugar, de hecho, te habían buscado toda la vida. Me giré y por fin te vi en la entrada, esperándome con esa sonrisa tuya que me derrite. El café se convirtió en cerveza y la tarde en noche. No me quería ir. Esa primera cita recuerdo haber pensado: ¿qué probabilidad hay de sentir este nivel de conexión con un desconocido?
Luego en nuestra segunda cita lo supe. Supe que esta historia sería para siempre. Supe que algún día iba a ser tu esposa y mis amigas aquí presentes pueden dar fe de ello. Entonces pensé: wow, ¿cómo es que no nos habíamos conocido antes? Cuántas veces nos habremos cruzando en nuestra infancia amor, cuántos amigos en común, cuántos lugares y aun así nuestros caminos no se habían cruzado. Pero, así como el sol y la luna están destinados a encontrase en el horizonte, Dios nos estaba preparando para encontrarnos. Para llegar a este preciso momento.
Hoy te doy gracias porque contigo puedo ser realmente yo, sin filtros ni ediciones. Gracias porque me haces sentir amada con tus palabras, tus poemas, tu comida deliciosa y tus actos de amor. Gracias por abrirme las puertas de tu vida y de tu hermosa familia de una forma tan transparente y sincera. No supe en qué momento me convertí en la “Tía Nati” pero sé que me gusta serlo. De corazón te doy gracias porque con paciencia y amor me has ayudado a fortalecer mi relación con Dios. Algo que llevaba buscando por años.
Mi amor, cuando te veo, veo el reflejo del amor infinito de Dios y del increíble trabajo que hicieron tus padres contigo. Eres todo lo que un día soñé: el hombre más noble, soñador, amoroso, sensible, inteligente, divertido y guapo por supuesto. Qué afortunada soy de que me hayas escogido. Como el sol, iluminas cada lugar al que llegas y contagias con tu energía a cada persona que conoces. Tú me motivas todos los días a convertirme en mi mejor versión y sé que yo tengo el mismo efecto en ti. Por eso es que somos el complemento perfecto: como se complementan la Luna y el Sol. Eres mi milagro y tú propósito en este mundo es algo enorme. Aquí está tu Luna, enamorada y llena de admiración por ti, por su sol que le trae tanto brillo a su vida.
Hoy frente a nuestras familias y amigos quiero hacerte algunas promesas:
Prometo cuidar tu corazón como el tesoro más valioso, prometo amarte incluso en las situaciones en las que amarte sea difícil, prometo impulsarte a alcanzar tus sueños, que ahora son nuestros sueños, prometo escucharte y abrazar tu fragilidad, prometo decirte todos los días cuánto te amo y cuánto te admiro, prometo poner a nuestra familia primero y dar lo mejor de mí para ser la mejor mamá para nuestros futuros hijos, prometo ser la primera persona que compre tu novela, prometo ponerle panela a tu café y juntar mis pies con los tuyos antes de dormir, prometo no perder la calma cuando pongas “salsa brava” a todo volumen a las 6 de la mañana, Y prometo amar tus defectos y tus virtudes, prometo sostenerte cuando la vida duela y ayudarte a alivianar la carga de aquello que te pese, prometo hacerte reír y disfrutar juntos de las cosas simples de la vida, como bailar contigo en la cocina en pijama y descalzos; o brindar con una empanada con ají como en nuestra tercera cita, prometo hablarte con la verdad y hacer honor a la confianza que nos tenemos, prometo ser tu equipo y lugar seguro, prometo tener siempre una mascota en nuestras vidas, prometo ser uno, sin dejar de ser dos, prometo tenerte paciencia, “mucha, mucha paciencia”. Y te prometo, sobre todas las cosas, que cuando seamos viejitos y miremos hacia atrás, nos sentiremos orgullosos de la vida y la familia que construimos juntos.
Hoy empieza la más grande de todas las aventuras. Qué fortuna y qué felicidad vivirla a tu lado. Una vida nos aguarda, mi amor.