¿Crees en Dios a tu manera? Podrías estar siguiendo al dios equivocado”

Descubre por qué creer ‘a tu manera’ no es suficiente para recibir la bendición de Dios.”
Edward Andrés Díaz Reina
La mayoría de las personas que conozco quieren ser bendecidas junto con Abraham. tiene sentido: ¿Quién no querría recibir el favor de Dios, recibir su guía, su protección y su promesa de vida eterna?
El problema es que muchos de estos de decena recibir esa bendición no quieren hacer lo mismo que hizo Abraham para ser bendecido. Buscan hacerlo a su manera, y eso no es posible.
Recuerdo que uno de mis familiares suele decir: “Yo creo en Dios, pero a mi manera”. Queriendo dar a entender con esto creer en Dios, pero su fe no se fundamenta en las escrituras, sino en su propia consideración de lo que es o debe ser el Creador. El problema es que el “dios a mi manera” no existe. Es un dios falso, como Baal, Asera, Moloc, entre otros mencionados en las Escrituras.
Quien cree en el “dios a mi manera” no heredará la bendición prometida a Abraham. En su lugar, recibirá la maldición de la ley, esto es la ira de Dios por el pecado, pero lo explicaré más a fondo en mis próximas columnas
Quienes recibirán la misma bendición de Abraham, son los que comparten la misma fe de él, por eso Pablo dice: “De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham” (Gálatas 3:9).
Te preguntarás: ¿Cuál es esa fe? Es poner toda tu confianza en Cristo y en su obra.
En Génesis 15:5, Dios le anuncia a Abraham lo que siglos después se llamaría “el evangelio”: la obra del Salvador. Abraham creyó en esa promesa. Creyó en el Mesías, y esa fe le fue contada por justicia. En otras palabras, Dios lo declaró justo no por lo que hizo, sino por su fe.
Querido lector: Si tú crees en el evangelio, en la obra de Cristo, y pones tu confianza en Él para tu salvación —no en tus obras, ni en tu religión, ni en tu propia bondad— entonces eres de la misma fe que Abraham. Y al igual que él, esa fe te será contada por justicia y recibirás la bendición de Dios.
Esa bendición no es otra cosa que la vida eterna al lado del Cordero de Dios.
Así que no se trata de hacer las cosas a tu manera, ni de creer en dios a tu manera, tampoco de “portarse bien” o de ganarse el favor divino con esfuerzos humanos. No son tus obras las que te darán la misma bendición que recibió Abraham. Se trata de hacer lo que hizo Abraham: creer en el evangelio, creer en Cristo y en que su obra fue suficiente para limpiar tus pecados, sin necesidad de tus obras.
¡Pon tu confianza en Cristo y recibirás la bendición!
Edward Andrés Díaz Reina
Comunicador Social y periodista
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