La noche oscura.

“La noche oscura me enseña a creer, porque tratar de comprender las cosas con la razón es bien poca cosa, indigna del amor”.

Por José Álvaro Cardozo Salas.

Uno de mis escritores favoritos de la mística eucarística es San Juan de la Cruz, en particular cuando se refiere a la noche oscura y al desierto de la vida espiritual y siempre que pienso en estos escritos vienen las mismas preguntas, ¿Cómo podemos entenderlo? ¿Cómo creer que la muerte puede ser vencida? ¿Cómo pensar en la realidad de la resurrección? Mas aun, ¿Cómo es posible concebir que precisamente el inocente debe pagar? ¿Cómo aceptar la aparente victoria del mal sobre el bien? y es aquí donde tenemos la capacidad de no entender absolutamente nada de lo que está pasando y la necesidad de confiar a ojo cerrado.

A veces toca decir no entiendo pero lo acepto, cuantas veces nos enfrentamos a situaciones difíciles a las cuales no damos explicación, pero toca aceptar con humildad la voluntad de Dios, saben una cosa, el mismo desierto me ha llevado a esta noche oscura, y no podre salir sino a través de la locura del amor por el creador, hasta entonces estaré dentro de esta noche, en la que la luz disipa las tinieblas del mal, lava mis pecados, devuelve el sentido de vivir a muchos conversos, doblega a los soberbios y finalmente reconcilia los ánimos. Y siempre me pregunto, ¿no hay otra forma de hacer este proceso? ¿es necesario pasar por este mar de llanto? a veces veo como el mal sigue triunfando, pareciera que no hay solución. Y Al ver las alternativas que plantean los hombres continuamos cometiendo los mismos errores, golpeándonos con la misma piedra una y otra vez, pero Dios va más lejos, se adentra en nosotros sondea nuestros pensamientos y quereres en el infinito. En la noche oscura, Dios quiere vencer como nadie había vencido la versión de siervo doliente vencerá para siempre nuestras dudas, la victoria es suya.

Al principio caminaba con mis propios pasos como niño aprendiendo a caminar, ahora camino con los pasos de Dios, al principio estaba con los pies en la tierra, ahora me encuentro en el mas allá. Al principio palpaba lo visible. Ahora me veo sumergido en lo invisible, antes hablaba mucho, ahora contemplo en silencio.

Ahora canto extasiado: “Oh noche, verdaderamente gozosa, en la que los egipcios fueron desposeídos y los hebreos enriquecidos. Noche en la que el cielo se reconcilia con la tierra. Dios se une al hombre y se hace uno como él. Tú en mí, yo en ti. ¿Puedes tener algo más? (Exultet)

La noche oscura tiene como examen final la muerte misma, a la que tanto miedo le tenemos, hoy he descubierto en este caminar en la fe, que la muerte física es solo un signo, y no puede cambiar nada, solo porque soy eterno, me he preguntado muchas veces que función desempeña en nuestra existencia este signo al que se da tanta importancia y que aterra seriamente a muchos, o mejor a demasiados. Por lo tanto, yo lo llamaría, paso, transito, pascua. Y seria mas lógico, pues de verdad es un paso, de un verdadero camino que el mismo Cristo nos dejó muerte-resurrección.

Hoy como ven me fui mas profundo en la reflexión, y esto me anima a escribir en la vida eterna que Dios nos dio en la misma concepción, porque antes de todos los tiempos ya había penado en ti y en mí, incluso antes de que nuestros padres se conocieran; ya había pensado en ti y en mí, es decir con el amor a aquel que ha hecho todas las cosas, que las conserva y guía hacia la perfección; puedo decir. “Heme aquí. Tómame como soy, Tu eres el todo y yo te doy todo”.