¡Mi casa está de fiesta!

Así que abramos las puertas, las ventanas y el corazón
Felipe Andrés Ferro/Diputado
Por estos días, Ibagué no duerme: canta, baila y vibra. Su corazón late al ritmo del sanjuanero, su piel se viste de tradición y sus calles se convierten en un escenario vivo donde el folclor no es solo una muestra cultural, sino una forma de ser, de sentir y de existir. En esta edición número 51 del Festival Folclórico Colombiano, la Capital Musical de Colombia no solo se engalana: se consagra, una vez más, como epicentro del alma festiva del país.
Y no es para menos. Más de 60 eventos llenarán de vida plazas, parques y teatros. Desde el Teatro Tolima, pasando por el Parque Murillo Toro, hasta las renovadas y majestuosas piscinas de la 42, se escucharán los ecos del bambuco, el pasillo y la caña brava. Las delegaciones culturales nacionales e internacionales, con representación de México, Bulgaria, Panamá y China, no vienen solo a participar: vienen a aprender, a maravillarse y a rendir tributo a un pueblo que ha hecho del arte su bandera y del folclor su escudo.
No se puede hablar de esta fiesta sin mencionar nuestras joyas gastronómicas. El día del tamal, la lechona, el sombrero tolimense y hasta el tradicional aguardiente tapa roja tienen su espacio en esta celebración que, más que una fiesta, es una explosión de identidad. Y por supuesto, también celebramos el Día de la Achira, instaurado oficialmente gracias a la Ordenanza 002 de 2021, de mi autoría, como un homenaje a ese manjar que, con su textura crujiente y su sabor ancestral, nos recuerda que la grandeza está en lo sencillo, en lo que nos une desde la infancia.
Además, gracias a la gestión decidida de nuestra alcaldesa Johana Aranda, en cabeza del secretario de Gobierno, Francisco Espín, se logró fortalecer la seguridad de manera histórica: 2.500 uniformados custodiarán la ciudad durante estas festividades. De ellos, 1.300 estarán destinados a la atención general en la capital, mientras que 1.100 se desplegarán para el cubrimiento de los 62 eventos programados. A esto se suma el Ejército Nacional, que aportará más de 150 unidades para trabajar de la mano con la Policía Metropolitana. Gracias a este esfuerzo conjunto, Ibagué se alista para vivir unas fiestas seguras, tranquilas y en paz, tanto para propios como para visitantes.
Pero celebrar también es cuidar. Por eso, una recomendación vital: quienes vienen a disfrutar de nuestras festividades y visitan zonas rurales o de alta afluencia deben vacunarse contra la fiebre amarilla. Esta enfermedad puede ser mortal, y aunque la música cura el alma, la prevención salva vidas. Solo es un día de abstinencia del licor para quienes se apliquen la vacuna, a cambio de una experiencia segura, alegre y sin contratiempos.
Estas fiestas no son solo un espectáculo: son una declaración de amor a nuestras raíces. En un país donde muchas veces lo urgente opaca lo importante, el Festival Folclórico Colombiano nos recuerda que la cultura no es un adorno, es la columna vertebral de nuestra identidad.
Así que abramos las puertas, las ventanas y el corazón: mi casa está de fiesta, y en ella caben todos. Porque en Ibagué, el que llega como visitante se va como familia. Y quién baila un sanjuanero, jamás olvida su melodía.
Gracias un abrazo y feliz día.