Si dejó el cigarrillo, este sería el tiempo que necesita para limpiar su cuerpo

Este mal hábito puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades como cáncer en diferentes partes del cuerpo.

Fumar es uno de los hábitos más adictivos que existen y que es sumamente dañino para el cuerpo humano, por ello, los profesionales de la salud son enfáticos en que para tener una vida saludable y evitar enfermedades (especialmente del sistema respiratorio) no se debe practicar.

De hecho, entre los efectos adversos que destacan del consumo de tabaco (cigarrillos) se encuentra la fatiga, tos y expectoración (conocido como flemas). De acuerdo con el portal Especializado en consumo d cigarrillo, “el monóxido de carbono se encuentra en el humo del tabaco, y pasa a la sangre a través de los pulmones. Es el responsable del daño en el sistema vascular, y de la disminución del transporte de oxígeno a los tejidos de nuestro organismo“.



Por otra parte, el Instituto Nacional del abuso de Drogas de Estados Unidos registra que los fumadores mayores de 60 años “tienen un índice de mortalidad dos veces más alto que quienes nunca han fumado y se estima que mueren aproximadamente 6 años antes“.

Además, indica que dejar de fumar trae grandes beneficios inmediatos para la salud, y “es posible recuperar todas o algunas de las reducciones de la expectativa de vida según la edad a la que la persona deje de fumar“.

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Así las cosas, hay quienes optan por dejar el hábito en algún punto de su vida, ya sea porque su salud está en riesgo por causa de algunas enfermedades, o se toma la decisión para tener un estilo de vida saludable, entre otras razones. 

De acuerdo con la Sociedad Americana de Cáncer, luego de haber fumado un último cigarrillo, en el cuerpo empiezan a suceder cambios, que se harán evidentes con el paso del tiempo y que la salud, agradecerá. 

20 minutos después de abandonar el hábito: “El ritmo cardíaco y la presión sanguínea bajan“.

12 horas después de abandonar el hábito: “El nivel de monóxido de carbono en sangre baja al nivel normal“.

De 2 semanas a 3 meses después de abandonar el hábito: “La circulación mejora y la función pulmonar aumenta“.

De 1 a 9 meses después de abandonar el hábito: “Disminuyen la tos y la dificultad para respirar. Las estructuras parecidas a vellos pequeños que eliminan el moco de los pulmones (los cilios) empiezan a recuperar su función normal en los pulmones, lo que aumenta la capacidad para controlar las mucosidades, limpiar los pulmones y reducir el riesgo de las infecciones“.

1 año después de abandonar el hábito: “El riesgo excesivo de cardiopatía coronaria se reduce a la mitad del que tiene una persona que continúa fumando. El riesgo de ataque cardíaco disminuye dramáticamente”.

5 años después de abandonar el hábito: Se se reduce a la mitad el riesgo de padecer cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga. “El riesgo de cáncer de cuello uterino se reduce al nivel de riesgo de una mujer no fumadora. El riesgo de accidentes cerebrovasculares (derrames cerebrales) puede reducirse al nivel de una persona no fumadora después de 2 a 5 años“.

10 años después de abandonar el hábito: El riesgo de morir por cáncer de pulmón es “aproximadamente la mitad al de una persona que aún fuma. Disminuye el riesgo de cáncer de laringe (caja sonora de la voz) y de páncreas“.

15 años después de abandonar el hábito: “Su riesgo de sufrir una cardiopatía coronaria es igual al de una persona que no fuma“.

Esto es lo que ocurriría si la persona deja de fumar por siempre. Así, la American Cáncer Society enfatiza en que de esta manera se reduce el riesgo de tener enfermedades como la diabetes, “fomenta un mejor funcionamiento de los vasos sanguíneos y contribuye a la función cardíaca y pulmonar“.

Por otra parte, destaca que la expectativa de vida para las personas fumadoras “es al menos 10 años menor que la de los no fumadores. Dejar de fumar antes de los 40 años reduce en alrededor de 90% el riesgo de morir de una enfermedad relacionada con el hábito de fumar