Abominación son a jehová los de perverso corazón

Dios aborrece al malo

 Ewduard Andres Diaz Reina

—El hombre de corazón no arrepentido, el que no ha lavado sus pecados con la sangre de Cristo, el que no vive para Cristo, ese hombre o esa mujer, es abominación para Dios —De esa manera inició su sermón el Pastor Juan sobre Proverbios 11:20. Todos en la congregación quedaron sin palabras, en especial los miembros nuevos, quienes siempre habían oído decir que Dios ama a todo el mundo.

—El proverbio dice: “Abominación son a Jehová los perversos de corazón;

Más los perfectos de camino le son agradables”. Hoy les traigo buenas y malas noticias. —dijo el pastor mirando fijamente a cada miembro de la congregación y agregó— la mala noticia es que todos los hombres, desde la caída de Adán en Génesis 3 y hasta nuestros días, tenemos un corazón perverso. La biblia lo describe de la siguiente manera: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” Marcos 7:21-23.

Nuestro corazón es un nido de maldad. De él sale todo lo aquí mencionado. Lo peor es que todos tenemos este corazón descrito, el cual no ama a Dios, ni quiere buscarlo. Por tanto, todos somos abominables delante de Dios — al decir esto, el pastor miró los ojos desesperanzadores de su congregación y exclamó a gran voz—¡Gloria a Dios por Cristo! Porque cuando no había esperanza para los hombres, Dios envió a su Hijo, para que con su muerte y su sangre limpiara los corazones de aquellos a los que el Padre escogió para salvar.

¿Quiénes son esos escogidos? Los que tienen fe en Cristo, fe que vino a ellos después de que el Espíritu Santo transformara su corazón malo y endurecido en uno que ama a Dios. Estos son los perfectos que menciona Proverbios 11:20. Estos son los que agradan a Dios.

Si tú tienes un corazón que quiere servir a Cristo, seguirle y vivir para él, entonces eres de los que agradan a Dios  — dicho esto concluyó el pastor Juan y bajó del púlpito.

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Edward Andrés Díaz Reina
Comunicador Social y periodista
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