Así pasan a jubilación estos equinos tras 18 años de servicio

Caballos de la Policía… en uso de buen retiro

No es un caballo, con el paso del tiempo se convierte en un compañero de trabajo, luego en un amigo, después pasa a ser parte de tu familia. Por eso, separarse de él resulta muy difícil… Es como dejar partir a un miembro de la familia luego de 18 años de trabajo, cariño y protección mutua. Sin embargo, como a todos, nos llega la hora de pasar a uso de buen retiro, de descansar tras el servicio cumplido… Y allí también nos acompañamos y aseguramos de que todo esté bien”.

Esas palabras son de un integrante de la Policía de Carabineros que, tras muchos años de trabajo conjunto con su caballo, desarrolló con él una relación muy cercana y especial. No es un caso aislado. En realidad, para la mayoría de los uniformados que trabajan a diario con estos equinos, el animal que tienen a su cargo se convierte en un “parcero” con el que se enfrentan muchos desafíos y vivencias.

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Esas circunstancias hacen que la despedida se torne, entonces, muy complicada. De hecho, el director de Carabineros y Protección Ambiental de la Policía, coronel William Castaño Ramos, afirmó que no es fácil desprenderse de un caballo que estuvo bajo el cuidado y protección en la institución, prestando un servicio a los colombianos durante, incluso, 18 años.

Para la institución es vital el bienestar y la protección de “nuestros semovientes equinos y caninos, toda vez que, para los hombres y mujeres de esta institución, estos no representan una herramienta de trabajo, sino un miembro más de nuestra familia policial, brindándoles toda la protección y cuidados necesarios, con el cual logramos el acercamiento a la comunidad”.

Cuando los equinos cumplen la edad estipulada en el manual logístico, que está en los 18 años de servicio, se inicia un protocolo de retiro, cuyo principal objetivo es garantizar el bienestar y tranquilidad de los animales, con todas las condiciones sanitarias y de comodidad necesarias hasta el final de sus días.

“Es complicado hacer entrega de un ser sintiente como el equino, que durante su tiempo de servicio nos acompañó, conformando un binomio inseparable, logrando un vínculo de cariño”, agrega el coronel.

Largo entrenamiento

De acuerdo con Castaño Ramos, los semovientes equinos antes de ser asignados para el servicio policial pasan por cuatro fases de adiestramiento. La primera es el imprinting, que consiste en un manejo especial del potro en el cual el uniformado interactúa con la cría y establece un vínculo que permanecerá toda la vida. Luego viene la instancia de destete, una tercera fase de entrenamiento y la última de especialización. Una vez finalizado este proceso se logra obtener un caballo tipo policial, con un nivel de docilidad y temperamento adecuados, además de un alto grado de adaptabilidad a las condiciones del territorio.

Es aquí en donde el carabinero y su caballo se vuelven un binomio inseparable que opera por largos años. Se tornan en compañeros de trabajo que se preocupan y protegen en el día a día de las operaciones, patrullajes y las misiones a cumplir.

El uniformado se encarga del cuidado del animal, está pendiente de su salud y de todo lo que tenga que ver con su bienestar.

A diferencia de una moto, un carro o cualquier otro equipo policial, el caballo no se concibe como una herramienta de trabajo que pasa de mano en mano. No, en realidad se convierte en ese compañero que tiene un nivel de compenetración muy alto con su jinete.

“… Uno llega a conocer el genio del animal, a leer sus gestos y actitudes, a saber, qué le gusta y qué no, cuándo está nervioso o cómo va a reaccionar ante determinada situación en el día a día… Igual pasa con el caballo, que también percibe qué le pasa a su compañero, lo entiende y lo acompaña”, precisó un carabinero.

Uso de buen retiro

De acuerdo con el director de Carabineros y Protección Ambiental de la Policía, “cuando nuestros semovientes cumplen con la edad establecida para el servicio policial, nuestros carabineros son los primeros opcionados para adoptarlos, siempre y cuando cumplan con los parámetros estipulados”.

“Para un carabinero que trabajó muchos años con un equino y que creó un nexo de amistad y de amor, es difícil separarse cuando el animalito sale del servicio. Es difícil dejarlos partir, pero es importante saber que van a estar bien, que los van a cuidar y proteger hasta sus últimos días. Por eso para nosotros es importante verificar a las personas a las que vamos a hacer entrega de nuestros equinos”, explicó.

Como se ve, hay todo un protocolo para este proceso. La Policía tiene un programa de entrega a terceros de los equinos que son declarados no aptos para el servicio policial, ya sea por senilidad (después de 18 años de ocupación) o por algunos casos especiales en los que hay situaciones médicas o de otra índole que les impide continuar prestando su misión.

Cuando llega la hora, los caballos son llevados ante un comité evaluador para determinar su retiro de acuerdo con los parámetros estipulados por la institución.

Como ya se dijo, los carabineros que integraron el inseparable binomio y que cuentan con los medios necesarios para la adopción son considerados como una de las primeras opciones, todo acorde con los requisitos establecidos en la resolución 04468 al respecto.

Si se trata de un ciudadano ajeno a la institución debe cumplir una serie de requisitos para ingresar al programa de adopción “con la finalidad de brindarle la oportunidad de cuidar a estos héroes que, por razones de vejez, ya están jubilados”, explicó el coronel.

En estos casos la Dirección integra un comité para la elección, cuya labor es verificar esos requisitos para la adopción: declaración juramentada por notario, fotocopia de la cédula de ciudadanía, oficio de solicitud de adopción al director de Carabineros, formato de adopción, certificado de antecedentes de la Procuraduría, la Contraloría y Judicial de la Policía Nacional, foto de donde va a vivir y dormir el caballo, e incluso una fotografía del núcleo familiar.

“El adoptante debe tener el compromiso, voluntad y amor por los animales, requisitos esenciales para brindarles a nuestros semovientes los cuidados necesarios. Así mismo, debe contar con un lugar acorde para su mantenimiento y cuidado, tener la capacidad económica para brindarle todos los cuidados médico-veterinarios durante el tiempo que se encuentre bajo su cuidado”, recalcó el oficial.

A ello se suma que la Dirección de Carabineros está en permanente contacto con el adoptante, vigilando que el equino reciba un buen trato y esté en excelentes condiciones. Se tiene establecido un cronograma de visitas (semestral, anual, cada dos años y una aleatoria).

El coronel aseguró que “duele salir de un miembro equino de la familia. A nosotros como carabineros se nos entrecorta la voz cuando hacemos entrega de nuestro compañero de trabajo y aventuras. No es fácil verlo partir toda vez que son muchos años a nuestro lado, brindándole lo mejor para su bienestar, pero a la vez nos representa tranquilidad saber que van a estar en buenas condiciones”.

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Finalmente, el director de Carabineros y Protección Ambiental invitó a los colombianos para que adopten a estos caballos que sirvieron a Colombia. Se trata de una oportunidad para que las personas cuenten en sus familias con unos seres dóciles y adiestrados, que permiten mejorar la autoestima, son compañeros fieles, psicológicamente aportan al desarrollo de las capacidades de liderazgo y comunicación.

“… Los uniformados que no adoptan a sus caballos están muy pendientes de que estén bien cuidados… Al fin y al cabo, fueron compañeros de brega, corrieron riesgos, pasaron muchas cosas juntos… Son amigos, y esa amistad no se rompe ni debilita porque estén lejos”, precisó un carabinero.