Como adorar en estos tiempos tan difíciles.

“Pídanle que les conceda gracia para conocerlo, amor para amarlo, valentía para servirlo. Búsquenlo con todas sus fuerzas” Santa Teresa de Calcuta.

Por José Álvaro Cardozo Salas.

“Adorar al Santísimo Sacramento nos da la oportunidad de calmar a nuestras almas inquietas, unirnos y centrarnos en la razón por la que somos católicos” con esta frase de Schroeder de la guía para la adoración, me lanzo con algunos tips para animarlos a todos que separen en sus agitadas agendas una hora de la semana lo leen bien una hora para un encuentro, cercano, intimo con nuestro hacedor.

  1. El adorador se postra ante Dios; Es un motivo de verdadero gozo postrarse ante Jesús Sacramentado, en una actitud de humilde y fervorosa adoración, de alabanza al Dios misericordioso, de acción de gracias al Dador de todo bien, de súplica a Quien está “siempre vivo para interceder por nosotros” (cf. Hb 7, 25) y nos dice: “Permaneced en Mí y Yo en vosotros” (Jn 15, 4)
  2. El Adorador responde a todo lo que es Dios con todo lo que es él “por la profundización de la fe en la presencia real de Cristo en su Eucaristía, la Iglesia tomó conciencia del sentido de la adoración silenciosa del Señor presente bajo las especies eucarísticas” CEC 1379
  3. El Adorador busca agradar a Dios y darle gloria “Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes” Rm 12,1
  4. El adorador sabe que el centro de la adoración es Jesucristo presente en la Eucaristía “El tiempo que uno pasa con Jesús en el Santísimo Sacramento es el tiempo mejor invertido en la tierra. Cada momento que uno dedica a Jesús profundiza nuestra unión con Él y le imprime al alma un aspecto más eternamente glorioso y hermoso en el Cielo, que nos ayudará a alcanzar una paz duradera en la tierra.” Madre Teresa de Calcuta
  5. El adorador se deja conducir por el Espíritu Santo “La vida cristiana es, ante todo, vida en el Espíritu. Gracias a Él, en los gestos y palabras de los cristianos el Cristo eucarístico prolonga su presencia, más allá de los muros del templo, en la medida en que cada uno vivimos confortados por el evangelio”
  6. El adorador reconoce que la adoración verdadera edifica “La autenticidad de nuestra unión con Jesús sacramentado ha de traducirse en nuestro amor verdadero a todos los hombres, empezando por quienes están más próximos”
  7. El adorador reconoce el testimonio de la Palabra de Dios “En esta Hostia consagrada se compendian las palabras de Cristo, su vida ofrecida al Padre por nosotros y la gloria de su Cuerpo resucitado. En sus horas ante la Hostia santa han advertido que esta presencia del Emmanuel, Dios-con- nosotros, es a la vez un misterio de fe, una prenda de esperanza y la fuente de caridad con Dios y entre los hombres” San Juan Pablo II
  8. El adorador busca la Madurez espiritual “Es un verdadero encuentro dialogal por el que nos abrimos a la experiencia de Dios… Es igualmente un gesto de solidaridad con las necesidades y los necesitados del mundo entero”
  9. El adorador se recrea en el valor del silencio “Es bello quedarse con Él e inclinados sobre su pecho, como el discípulo predilecto, ser tocados por el amor infinito de su corazón… Hay una necesidad renovada de permanecer largo tiempo, en conversación espiritual, en adoración silenciosa, en actitud de amor, ante Cristo presente en el Santísimo Sacramento”. San Juan Pablo II
  10. El adorador reconoce la fuerza evangelizadora de la Eucaristía “De este modo, Jesús nos muestra que el objetivo de la vida es el donarse, que lo más grande es servir” Papa Francisco

“La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico. Jesús nos espera en este Sacramento del Amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las graves faltas y delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración” (Cf. Dominicae Cenae, 3).