La sociedad de Jesús.

“No hay amor más grande que aquel de la vida por sus amigos” San Juan 15, 13.

Por. José Álvaro Cardozo Salas.

Por estos días están nominadas varias películas a los premios Oscar de la academia de cine y televisión Norte Americana, y como es mi costumbre empiezo a verlas todas, para que en la noche de la premiación pueda decir; “esa película me la vi”, de la que les voy a hablar se llama “la sociedad de la nieve” tomada del libro de Pablo Vierci, debo confesarles que me dejo volteando muchas ideas en la cabeza.

Empezaré por contarles que es la historia del accidente aéreo en las montañas de la cordillera de los Andes en sur América, este era el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya ocurrido en 1972, que llevaba como pasajeros un equipo de rugby (un juego de futbol americano) la historia tiene dos versiones cinematográficas de estos hechos, una está de la que les hablo y la segunda “Viven” hecha en 1993, yo recuerdo ese accidente era un niño, y no olvido con admiración el encuentro de los sobrevivientes con la realidad y sus familias, que los daban por muertos. Más adelante la dramática y muy cuestionada noticia que se habían alimentado de los cadáveres de sus compañeros de viaje. La sociedad de la nieve se acerca a la realidad nuestra de supervivencia, de las decisiones extremas que se toman en la vida y que nos puede afectar para siempre.

¿Qué tiene que ver esta película con el título del artículo que ustedes leen? Mucho diría yo, me he centrado en Numa Turcatti protagonista principal de la historia y quien sirve de narrador de esta película, y como nos lleva en la realidad de la muerte, del amor, de la fe, y de muchos matices más que nos invitan a cuestionarnos de lo que es y no es. Leyendo el capítulo 6 de San Juan llamado el pan de vida, cuando el señor les habla no solo a sus discípulos sobre comer su cuerpo y beber su sangre, como esta propuesta de tener la vida eterna está supeditada a comer su carne, y no es la carne de un cadáver como les toco a los del avión, es carne de un vivo, un verdadero canibalismo, las preguntas y murmuraciones no se dejaron esperar, “ y esto provocó una fuerte discusión entre los judíos, los cuales se preguntaban: Como puede este darnos a comer su carne?” Jn 6-52 También dice “mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida” Jn 6-55

Turcatti nos va llevando durante la trama del film a una justificación de comer la carne de los cadáveres para poder salvar sus vidas y no morir de hambre, como la mayoría se oponía a esta práctica pero que al final no tuvieron otra opción distinta que comerla. Al terminar la cinta, Numa es el último en morir y deja instrucciones claras de consumir su cuerpo para que tengan vida, al fallecer encuentran un trozo de papel en sus manos con esta frase “no hay amor más grande que aquel de la vida por sus amigos” esta tomada del evangelio de Juan 15-13 y es eso la clave de esta película que termina siendo una bella enseñanza eucarística del amor, del pan del cielo, como con mi vida en sacrificio pueden vivir otros, por amor Jesús se nos dio en la cruz, por amor se queda para alimentarnos, se queda para darnos vida, vida en abundancia, vida eterna, sellada en la cruz del martirio, sellada en la sangre de los que a diario siguen ofrendando su vida por los demás. Les sugiero no solo verla, sino para poderla entender deben leer el capítulo 6 de san Juan los 71 versículos, es todo un banquete de amor.

Algunos de los que escucharon este discurso “desde aquel momento, muchos de sus discípulos se retiraron y ya no andaban con el” Jn 6-66, y es cuando cuestiona y nos pregunta a ti y a mí, ¿también se quieren ir? Y esa es la razón porque Jesús está solo en los sagrarios, abandonado, donde viajo lo encuentro, en la reserva o expuesto, “pero solo”. Jesús nos habla desde siempre, con los acontecimientos de vida, nos habla desde nuestra miseria, desde nuestro pecado, desde esta pobreza espiritual que nos carcome, desde este acomodamiento de los bienes que tanto mal nos hace, la verdad nos conformamos con poco, solo por una verdad que duele, “NO SABEMOS AMAR” confundimos el amor con las pasiones desordenadas de la lujuria, los apegos, que solo nos lleva a la esclavitud de nuestro ser, perdiendo la identidad de ser hijos de Dios.

Ojalá se ganen el premio Oscar, para mí ya lo tienen ganado, no solo por su actuación, la nieve, la montaña, la inmensa soledad del hombre de hoy, que teniendo todo lo material, no tiene al Dios que se hizo hombre, se hizo carne y sangre para alimentarnos, y se quedó en nuestra cercanía del pan eucarístico para enseñarnos el verdadero amor, aquel que es capaz de dar la vida por sus amigos.

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