No más de Griselda Blanco y Lehder

Óptica periodística

Germán Sanchez “Gersan”

Todo un revuelo mediático causó en Colombia, Latinoamérica y España el lanzamiento de la serie de Netflix que da cuenta de la vida de la mafiosa Griselda Blanco, la madrina de Pablo Escobar y de quien éste dijera era el único “hombre”  del negocio traqueto al cual temía. Serie que protagoniza y produjo nuestra hermosa y talentosa Sofía Vergara.

 Necesario recordar que Griselda fue la más poderosa narcotraficante antes de Escobar y aún en esa época, sanguinaria y cruel como su pupilo. Pagó cárcel en EEUU, regresó a Colombia ya disminuida de poder y fortuna, llena de enemigos e invisibilizada. Fue asesinada mientras salía hacer compras en un barrio popular de nuestro país. 

El mismo revuelo ha sucedido con el libro autobiográfico recientemente lanzado por el también narco Carlos Lehder, miembro del Cartel de Medellín, quien fue poderoso señor de la droga, jefe de traquetos y responsable de vidas destruidas y muertes. Quien también pagó cárcel en USA, de las más largas estadías y ahora vive en Alemania tranquilamente. Lehder, sin embargo sí da cuenta con detalles de relación, negocios y vínculos de expresidentes como López Michelsen, Ernesto Samper y Belisario con esas mafias, lo cual ya no sorprende, y de otros políticos poderosos de la época como Alberto Santofimio Botero. Los mencionados, que aún están vivos, no han salido a decir ni muuu, porque seguramente saben que el narco debe saber más cositas. 

Pero más allá de detenernos en sus vidas sanguinarias, crueles e ilegales, estos lanzamientos deben ponernos a pensar que ya está bueno de que vanagloriemos e inmortalicemos personajes nefastos como ella y los narcos de nuestro país, sobre los cuales bastante se ha escrito y producido. Va siendo hora de que ese tipo de esfuerzos, de creatividad, de impulso a la creación literaria y audiovisual, la diéramos a sus víctimas y a los héroes que los combatieron, que no se les vendieron, no se les entregaron ni intercambiaron sus valores y creencias éticas y morales pese a amenazas, chantajes e intentos de sobornos.

Héroes de la Policía, del Ejército, la Justicia y uno que otro desde la política y el servicio público. ¿Dónde están las narrativas que en detalle y a manera de producto fílmico narre sus historias, sus vidas, los monumentos, las casas museos, las cátedras de historia donde se dé cuenta de sus pormenores? Estamos inclinados por el morbo social y por esa cultura traqueta, del dinero fácil y las conquistas económicas rápidas que se instaló en nuestro talante cultural hace casi medio siglo, a olvidar que a muchas familias se les arruinó la vida y la existencia por esos mafiosos y narcos; que muchas viudas pulularon y una estela de huérfanos fue regada a lo largo del país, casi igual a la de la sangre que derramaron cruelmente esas mafias.

Ellos, su descendencia, la parentela y sobre todo un nuevo país, necesitan conocer sus verdaderos referentes de lucha contra ese tipo de monstruos y conductas que pusieron en jaque al país, nos llevaron hacer casi un Estado fallido, impusieron normas y conductas viles y atentaron contra la institucionalidad, la tradición, cualquier persona o buena iniciativa que se les opusiera. 

Yo entiendo que este tipo de series como las de narcos, el patrón del mal, sobreviviendo a Escobar, el cartel de los sapos, las viudas de la mafia y demás, son entretenimiento, explotar pasajes dolorosos, mostrar extravagancias e historias de la vida real de nuestra historia que no se pueden esconder; pero también creo que en esa misma proporción deberían resaltarse la vida de los casi mil policías asesinados por el Cartel de Medellín, 540 ordenados directamente por Escobar, la del general Quintero, el Coronel Coral, el ex Ministro Lara y muchos otros sin tanto rango y visibilidad, más allá de Galán o Cano, uno por haber sido uno candidato presidencial y el otro director de un importante medio de comunicación. Y claro que se lo merecen. Pero también muchos otros anónimos que desde su esquinita y responsabilidad fueron valientes y ni menciones tienen, ni una cuartilla a sus vidas se les dedica o un filminuto se les produce.