Pensar en blanco.

“Y cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mi” (Juan 12, 32)

Por José Álvaro Cardozo Salas.

Nohemí es la mujer más eucarística que he conocido, por encima de grandes religiosas y consagradas, alcanza casi un nivel de gracia tan especial que todo lo que dice de Jesús, la virgen María y San José son dignos de escuchar, meditar y aplicar, ella es adoradora por excelencia, de misa diaria, amante a la vida de sacramento, rosario e infinitas obras de caridad, de alguna forma es mi maestra, teóloga, e inspiradora de este caminar, Nohemí es mi mama y de paso me “jodio”.

La Mimi vive en Jamundí (Valle del Cauca) con una señora que la cuida día y noche  que la llama cariñosamente -a todas las que la cuidan- María, así no tengan ese nombre, diría que es una buena técnica para acordarse de los nombres, que ya a sus 87 años empiezan a olvidarse, la semana pasada la llamé y después de saludarla y esperar el reporte de su salud, visitas a los médicos, resultados de sus exámenes, contarme al detalle de la vida de cada uno de mis hermanos, de mi papa, de pedirme que ore por fulano o fulana, hasta por el presidente, la paz del mundo, en fin, es inagotable el discurso de pedidos, que con paciencia y delicadeza escucho. Pero lo que más me gusta es la segunda parte de nuestra conversación que siempre es sobre la fe, Dios, la iglesia, esta última llamada fue inolvidable, me dice, ¿mijo usted en que piensa la mayor parte del tiempo?, mama pienso en mis hijos, mi esposa, mis nietos, en los negocios, en mi apostolado eucarístico de la iglesia, en tantas cosas, ¿por qué? Le pregunto, mijo debes pensar más en blanco, ¿en blanco? ¿Quieres decir, en nada? ¿Poner la mente en blanco? No mijito, debes pensar en el blanco de la hostia, piensa y mira cada vez que el sacerdote levanta el pan en el altar, acuérdate que él dijo “y cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mi” (Juan 12, 32)

Mire papito continuó, piense siempre en la hostia consagrada y haga el ejercicio de ver en ese pedazo de pan el rostro de Jesús, que se nos ha dado todo, toda nuestra historia esta en ese pan, el pasado, presente y el futuro, lo que somos, lo que hacemos, y lo que tenemos, cada vez que puedas únete a este pensar y querer de Jesús, de camino, conduciendo su carro, descansando, trabajando, en una conferencia, jugando con sus nietos, en la calle, mírelo en todas las personas, en los ricos, en los humildes, incluso y lo más importante en los enemigos, en los que tanto daño nos han hecho, ese es el secreto para alcanzar el mismo cielo, orar, adorar, contemplar, ir a misa, confesarse y mirar a los más necesitados como la prioridad.

Pues la doña en mención me voló la cabeza, no he dejado de pensar en este ejercicio que suena mas como una terapia de amor, pensar en blanco, a quien se le ocurre llamar así en buscar y perseguir a Jesús en una cabeza tan llena de preocupaciones, de angustias, con un mundo tan convulsionado, tan distraído, nunca la humanidad había tenido tanto ruido como ahora, nunca hemos sido tan bombardeados de tanta y tan diversa información de todos los lados y rincones del mundo, casi que podemos ver las guerras y los acontecimientos de las tragedias en vivo, en directo, pero ahí estamos inmersos en una gran soledad, completamente incomunicados, solos, nos quedamos tan desprotegidos, no hay con quien hablar, incluso en la misma casa la mama tiene que enviar un mensaje de grupo para que vengan a tomar los alimentos.

La conversación de cierre con Nohemí fue la cereza del pastel del pensar en blanco, mijo este ejercicio tiene un pequeño detalle, para pensar en blanco, debes primero pensar en el azul, azul del cielo, y azul de la virgen María, ella es el depósito de la gracia, la reina del cielo y de la tierra, toda la riqueza del corazón de Jesús está depositado en ella, para que la disponga como lo considere apropiado. ¿Y hay una forma de sacarle esos tesoros a la virgen?, como mama? Le pregunte; mijo el rosario, ese es el camino para ir a ella y que conceda esos regalos del cielo, así que los que no acudan a su protección y amparo, estarán desarropados en la noche de la prueba, de la desolación, en la noche del jueves santo. Mijo que en sus ojos se vea el reflejo del azul y del blanco para ganarnos la vida eterna.

Créanme que si les digo que si he leído de la eucaristía es mucho, sobre la virgen y san José también, de la vida de santos, de varios autores de muchos países, pero esto que nace del corazón de una señora ya anciana, y que día y noche piensa en blanco me sacude, ojalá todos los que seguimos al buen Jesús pensáramos en blanco día y noche incluyendo en nuestros sueños que deben ser el azul mismo cielo.