¿Puede ser flojo el buen siervo de dios?

Consecuencias de ser diligente y perezoso.

Edward Andrés Díaz Reina

¿Cuántos han tenido la experiencia de trabajar con flojos? Estos son los conocidos “poca lucha”, quienes escasamente hacen lo que les piden, y con mucha dificultad. Trabajar con ellos llega a ser desesperante e irritante.

Lamentablemente, entre los que se dicen ser cristianos encontramos personas como estas. Para ellos, el mensaje de las escrituras es el siguiente: “La mano de los diligentes enseñoreará, más la negligencia será tributaria” (Proverbios 12:24).

Dios premia la diligencia en sus hijos y castiga la negligencia, por eso el que es diligente será premiado con la dirección y puesto como señor sobre el perezoso, quien forzosamente será sometido. 

La pereza y la negligencia, no son virtudes cristianas. El que diga llamarse cristiano, pero es un flojo de primera debe examinar su fe. El creyente se esfuerza por ser diligente, porque en su corazón sabe que toda obra que realiza es un servicio para Dios, porque es Él, y no otro, quien le ha asignado la labor (1 Corintios 10:31).

El mayor ejemplo de diligencia que tenemos en las escrituras es Cristo. Llevó a cabo su obra sin retrasos, ni pereza. Hizo todo lo que el Padre le encomendó, de manera perfecta (Juan 17:4). Ahora, gracias a su obra, los creyentes podemos ser redimidos de la condena, y Él ha sido exaltado como Señor y Rey de toda la creación. (Filipenses 1:9-10; Hechos 2: 32-33; 5: 30-31)

Mi estimado lector, si es usted un buen creyente, por favor esfuércese por ser como Cristo y deje atrás la pereza.

Edward Andrés Díaz Reina
Comunicador Social y periodista
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