Si hubiéramos hecho caso.

“El Padre José mi párroco; tiene razón, tres papas en sus vistas nos lo anunciaron y no hicimos caso” …

Por. José Álvaro Cardozo Salas.

Esta fue la reflexión de mi párroco el padre José Del Carmen Carrillo, el pasado domingo en la misa de 10 am, quien tomo los discurso de las visitas apostólicas de los últimos 3 papas que pisaron suelo colombiano, San Pablo VI (1968), San Juan Pablo II (1986) y el papa Francisco (2017), nuestro padre Carrillo se tomo el trabajo de leer los discursos de estos papas y extraer a su juicio lo mejor de ellos, todos coinciden en lo maravilloso de nuestro país, sus montañas y paisajes, la riqueza de sus suelos y de sus gentes, pero los tres pontífices coinciden en recalcar los problemas graves que pasamos por décadas, como el narcotráfico, la corrupción, la injusticia social y tantos otros males ya “metastatizados” y convertirnos en un país enfermo, casi que terminal. Me impacta tanto mal en Colombia, tanto y por mucho tiempo que no hemos sido capaces de superar al menos con un poco de paz, desde que terminó el concilio vaticano II América latina fue mirada como el continente de la esperanza, los encuentros de los obispos, en santo Domingo, Medellín, Puebla, Aparecida nos dejan la evidencia de un direccionamiento en ese sentido, pero la realidad es otra, estamos sometidos en un mar de incertidumbre, que no invita a nada distinto que la resignación, el desasosiego, con países sometidos a políticas poco convencionales que atentan contra el libre desarrollo de las comunidades.

Ni si quiera la iglesia a podido menguar en este mar de confusiones, incluso porque ella misma ahora esta en una profunda división interna, como lo diría el mismo papa Benedicto XVI cuando con lagrimas en los ojos afirmaba que los enemigos de la iglesia estaban dentro de la misma iglesia, esta purificación que apenas comienza nos va a dividir aún más, tengo amigos muy cercanos de fe, que hablan mal del papa, de sus decisiones, escritos y comentarios, se hacen llamar “el remanente”, los que se van a salvar de la ira de Dios, los que seguimos a Pedro (Francisco) según su criterio estamos condenados, yo afirmo lo que diría como San Pablo, “Yo soy de Cristo” eso me basta. Siento mucha impotencia de ver cosas tan duras de tanta desigualdad, y sin poder hacer nada, porque de nada sirve, tenemos una iglesia acobardada por los violentos que teme denunciar, porque se paga con la vida; como a monseñor Isaías Duarte Cancino  en Cali en el 2002 abatido por las balas de sicarios, un clero dividido, soberbio, que se niega a ver su realidad y misión, pero a la vez la otra cara de la moneda con hombres y mujeres de fe, en la misión, oliendo a oveja, a sudor, mezclados entre los pobres, que también son perseguidos por su apostolado. Lo cierto es que estamos en una batalla espiritual sin precedentes, los coletazos del demonio han convertido este mundo en un caos, en una incertidumbre generalizada y llevada a perder las almas a cualquier costo, hoy como nunca está la cultura de la muerte presente, en las guerras, el aborto, las masacres, los desplazamientos de multitudes, basta ver las fronteras en Europa con migrantes venidos de todas partes de África, medio oriente, La de sur América en México y Estados Unidos. ¿Y entonces que hacer? ¿Qué camino tomar? ¿A quién seguir? Estas preguntas me las hago y me las hacen a diario, siempre pienso que a los pies de Jesús eucaristía encuentro todas las respuestas, perdono a mis agresores, la palabra de Dios se hace fácil de entender, pero no es suficiente eso, hay que actuar, defender la vida, de las amenazas de muerte, el asedio de la eutanasia, muerte de los niños en su vientre, tráfico de órganos, el comunismo, una juventud sin esperanza, que ni siquiera quiere pro crear, sumida en los estiércoles que produce una sociedad enferma, desolada, por el consumismo brutal, perdimos el norte hace rato, y pareciera que tenemos la batalla perdida, pero me apego a la promesa de nuestra señora en Fátima “Al final mi corazón inmaculado triunfara” eso me sostiene, eso no me deja perder la fe, y permite que el mensaje del evangelio tenga más vigencia hoy que nunca, el Padre Jose mi párroco; tiene razón, tres papas en sus vistas nos lo anunciaron y no hicimos caso, ahora tenemos las consecuencias a flor de piel, en el hogar, y en todos los escenarios de la vida cotidiana.